MES DE MARÍA - DÍA 4


HIJA DE ISRAEL, 
DISCÍPULA DEL SEÑOR.

Saludamos a nuestro Dios: En el nombre  del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Oración inicial para todos los días del mes (Ver columna derecha de esta página).

Presentación de la Palabra de Dios: Cada vez con más claridad, los profetas van señalando de dónde vendrá el gozo que hasta hoy experimentamos.

Texto bíblico: Sofonías 3,14-15

"¡Grita de felicidad, hija de Sión, regocíjate, Israel,
alégrate de todo corazón, Jerusalén!

El Señor ha anulado la sentencia
que pesaba sobre ti.
Ha expulsado a tus enemigos.

El Señor es el rey de Israel
en medio de ti.
No tendrás que temer ya ningún mal".

Palabra de Dios


Reflexión: Este texto, junto al de Zacarías 2, 14, nos muestra que es la hija de Sión la que se alegra y nada tiene que temer, porque el Señor está en medio de ella. Israel entero está simbolizado en María. Ella representa al pueblo de donde vendrá el redentor.

"Su presencia en medio de Israel –tan discreta que pasó casi inobservada a los ojos de sus contemporáneos– resplandecía claramente ante el Eterno, el cual había asociado a esta escondida «hija de Sión» al plan salvífico que abarcaba toda la historia de la humanidad".

Se prepara así a la discípula. En medio de su pueblo, se anuncia que una de ellas tendrá un lugar privilegiado, pues los que aceptan seguir la llamada hacen depender toda su existencia de quien les guía. El resultado es experiencia de Dios, prodigios y salvación.

María, al ser llamada "hija de Sión", es parte de esta alianza de Dios con su pueblo en cuanto esposa, madre y virgen.

Ella es la personificación de Israel, pueblo que esperaba en los dolores de su historia el alegre parto de su esperanza y la liberación prometida por el Señor. Pero, como ya señalamos, es encarnación también del nuevo Israel, la Iglesia que se alegra con la presencia salvadora del Señor en la historia.

Oremos:

Oremos al Señor que nos prepara para el gozo, la libertad y el reencuentro con su voluntad, de modo que verdaderamente dispongamos el corazón.

Oremos al Padre Dios para que como miembros del pueblo de Dios, sintamos con Él, acojamos sus llamados y busquemos su voluntad.

Oremos también para que el gozo de pertenecer a este pueblo de Dios se manifieste en nuestras celebraciones, en el modo de ser familia y en las decisiones que tomamos como pueblo.

Padre Bondadoso, sabemos que nos amas y cuidas de nosotros con ternura de padre y madre. Por intercesión de María, tu elegida, te confiamos todos nuestros afanes y preocupaciones. Como Tú eres generoso con nosotros, haznos generosos con los demás.

(Añada la oraciones que vienen a su corazón con la escucha de la Palabra).

Oración final para todos los días del mes. (Ver columna derecha de esta página).

Conclusión


Nos bendiga Dios Todopoderoso,  Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.