MARÍA: MADRE DE ESPERANZA.
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(Regula los parlantes y dale play)
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Saludamos a nuestro Dios: En el nombre ✜ del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial para todos los días del mes (Ver columna derecha de esta página).
Presentación de la Palabra de Dios: Ver al Señor que desciende es una hermosa
imagen. Consideramos que el Señor volverá del mismo modo que se elevó desde
este mundo. Por eso, repetimos imágenes maravillosas y que nos ayudan a ver que
el Señor nunca nos abandonará. En este tiempo de Adviento, esperamos no solamente la venida de Jesús hecho hombre y nacido de mujer, sino
también su retorno triunfante, glorioso, y resucitado.
✜ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 21,
25-28. 34-36
Jesús
dijo a sus discípulos: “Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas;
y en la tierra, los pueblos serán presa de la angustia ante el rugido del mar y
la violencia de las olas. Los hombres desfallecerán de miedo ante la
expectativa de lo que sobrevendrá al mundo, porque los astros se conmoverán.
Entonces se verá al Hijo del hombre venir sobre una nube, lleno de poder y de
gloria. Cuando comience a suceder esto, tengan ánimo y levanten la cabeza,
porque está por llegarles la liberación. Tengan cuidado de no dejarse aturdir
por los excesos, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, para que ese
día no caiga de improviso sobre ustedes como una trampa, porque sobrevendrá a
todos los hombres en toda la tierra. Estén prevenidos y oren incesantemente,
para quedar a salvo de todo lo que ha de ocurrir. Así podrán comparecer seguros
ante el Hijo del hombre”.
Palabra
del Señor.
Reflexión:
EL SEÑOR VIENE
¡El Señor viene! En realidad, desde la
vivencia de la fe y de la confianza en Él, bien podemos afirmar que el Señor
está siempre viniendo, está en medio de nosotros, caminando a nuestro lado por
las sendas de la historia que nos toca transitar, y en estos tiempos tan
complicadas y azarosas.
El Adviento nos ayuda a caer en la
cuenta de esta verdad. Y nos predispone para intensificar nuestros encuentros
personales con el Señor Jesucristo en la oración más intensa y en la más atenta
escucha de su Palabra y de su paso entre nosotros. Siempre nos acecha el
peligro de la distracción, sea por las razonables preocupaciones de la vida,
sea por los reclamos seductores del consumo, sea por circunstancias personales
de difícil manejo… Este tiempo particularmente santo, ante sala de la gran
celebración de la Natividad del Señor, es una fuerte llamada a estar alerta.
Porque el Señor viene, quiere venir a mi vida, a ofrecerme un plan, a encender
mi esperanza, a despertar todas mis capacidades para el bien y el amor.
Él viene a sacarme de la plácida rutina,
de la inconsciencia del compromiso débil, del melancólico paso del tiempo que
me hace ser espectador indiferente de las grandes luchas y sueños de la
humanidad.
Él viene sobre todo a recordarme la más
importante de las citas: el encuentro definitivo con Él, ese que fijará mi
destino eterno a su lado, y que ahora me exige vivir en vela y sin
distracciones estériles, construyendo con su fuerza, y por su mismo Espíritu,
ese futuro que desembocará en la Vida-sin-fin.
Oremos
1. Padre del cielo que envías a tu Hijo Jesús al mundo, para colmar nuestras esperanzas, y ofrecernos un futuro mejor y eterno, aumenta nuestra fe y nuestro amor por ti y los hermanos. ROGUEMOS AL SEÑOR…
2. Por las comunidades de la Iglesia y por cada uno de nosotros, sus miembros, para que, con nuestro compromiso por la justicia y el amor, difundamos el evangelio. ROGUEMOS AL SEÑOR…
3. Por la gente sin esperanza, por los que sufren el hambre o la guerra, para que nosotros reavivemos su confianza, trabajando con ellos en la construcción de un mundo mejor. ROGUEMOS AL SEÑOR…
4. Por todos nuestros hermanos cristianos, para que no escondan el Evangelio, sino que proclamen abiertamente su mensaje de esperanza con el compromiso de su propia vida. ROGUEMOS AL SEÑOR…
5. Señor Dios nuestro, tú nos amas y por eso esperas que practiquemos tu bondad y tu justicia. Que Jesús permanezca con nosotros para que tus anhelos y los nuestros se hagan realidad. ROGUEMOS AL SEÑOR…
(Añada las oraciones que vienen a su corazón con la escucha de la Palabra).
Oración final para todos los días del mes. (Ver columna derecha de esta página).
Conclusión
Nos bendiga Dios Todopoderoso, ✜ Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.