MARÍA, EN FAMILIA, ES DISCÍPULA DEL SEÑOR
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Saludamos a nuestro Dios. Hoy, 25 de noviembre: En el nombre ✜ del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial para todos los días del mes (Ver columna derecha de esta página).
Presentación de la Palabra de Dios: La relación entre Jesús y la Virgen María, se da en un contexto familiar, en la que poco a poco ella va tomando conciencia de lo que implica convivir en el día a día con Jesús. Oremos hoy poniendo atención a lo que se nos desea mostrar.
Texto bíblico: Evangelio de N. S. J. C. según san Marcos 6, 1-3
“Salió de allí y fue a su pueblo, acompañado de sus discípulos. Cuando llegó el sábado se puso a enseñar en la sinagoga. La muchedumbre que lo escuchaba estaba admirada y decía:
- ¿De dónde le viene a éste todo esto? ¿Quién le ha dado esa sabiduría y esa capacidad de hacer milagros?
- ¿No es éste el carpintero, el hijo de María, el hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿No viven sus hermanas aquí entre nosotros?
Y los tenía desconcertados”.
Palabra del Señor
Reflexión:
Jesús, al inicio de su ministerio, va a Nazaret a visitar a sus parientes, y es rechazado por sus coterráneos. No obstante, están impresionados por su sabiduría y sus obras y hacen preguntas por su familia.
Lo que nosotros desde hoy observamos es la compañía de María, cual verdadera discípula al lado de su Hijo, lo mismo que sus parientes que van a estar presentes en el inicio de la comunidad (Hch 1, 14).
Con María, la familia de Jesús, sus parientes, se convertirán en aquellos que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en práctica. Nos recuerda la parábola del sembrador. María es pues la tierra buena, donde ha caído la semilla de la Palabra y ha producido un fruto centuplicado. Es la discípula perfecta que hace para nosotros invitación a escuchar como ella la Palabra de vida y a realzarla en nuestro quehacer diario para que el mundo tenga vida en Jesús.
Oremos
Demos gracias hoy por la palabra de Dios que hemos recibido, por los que han escrito la vida de Jesús y nos han dejado también su testimonio de modo que podamos continuar el seguimiento del Señor.
Pidamos al Señor para que no nos dejemos de asombrar por Dios, su palabra, sus acciones que hoy realiza en medio de nosotros.
Pongamos nuestro corazón en las manos de María para que nos haga discípulos de su Hijo.
Pongamos en la presencia del Señor a los educadores, catequistas y a los padres de nuestros niños para que sepan guiarlos a la contemplación de Jesús en su infancia.
(Añada las oraciones que vienen a su corazón con la escucha de la Palabra).
Oración final para todos los días del mes. (Ver columna derecha de esta página).
Conclusión