MES DE MARÍA - DÍA 16


MARÍA, MADRE DE LA LUZ DE LA NACIONES
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Saludamos a nuestro Dios: Hoy, 23 de noviembre. En el nombre  del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Oración inicial para todos los días del mes (Ver columna derecha de esta página).

Presentación de la Palabra de Dios: Jesús es llevado por sus padres a Jerusalén, para ser presentado en el Templo. Allí Simeón, un hombre piadoso, lo toma en sus brazos y alaba a Dios con palabras de revelación, anunciando que Jesús es el Salvador y luz para todos los pueblos.

Texto bíblicoEvangelio de N. S. J. C. según san Lucas 2, 28-32

“Simeón lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios diciendo:

Ahora, Señor, según tu promesa
puedes dejar que tu siervo muera en paz.

Mis ojos han visto a tu Salvador
a quien has presentado
ante todos los pueblos,
como luz para iluminar
a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel”.
Palabra del Señor

Reflexión:

El discurso de Simeón es conforme al significado de este nombre, que quiere decir Salvador: «Dios es la salvación». Vuelto al Señor, dice lo siguiente: «Porque han visto mis ojos tu salvación, la que has preparado a la vista de todos los pueblos, luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel» (Lc 2, 30-32).

Al mismo tiempo, sin embargo, Simeón se dirige a María con estas palabras: «Éste está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción... a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones»; y añade con referencia directa a María: «y a ti misma una espada te atravesará el alma» (Lc 2, 34-35).

Las palabras de Simeón dan nueva luz al anuncio que María ha oído del ángel: Jesús es el Salvador, es «luz para iluminar» a los hombres. ¿No es aquél que se manifestó, en cierto modo, en la Nochebuena, cuando los pastores fueron al establo? ¿No es aquél que debía manifestarse todavía más con la llegada de los Magos del Oriente? (cfr. Mt 2, 1-12). Al mismo tiempo, sin embargo, ya al comienzo de su vida, el Hijo de María –y con Él, su Madre– experimentarán en sí mismos la verdad de las restantes palabras de Simeón: «Señal de contradicción» (Lc  2, 34).

El anuncio de Simeón parece como un segundo anuncio a María, dado que le indica la concreta dimensión histórica en la cual el Hijo cumplirá su misión, es decir en la incomprensión y en el dolor.

Si por un lado, este anuncio confirma su fe en el cumplimiento de las promesas divinas de la salvación, por otro, le revela también que deberá vivir en el sufrimiento su obediencia de fe al lado del Salvador que sufre, y que su maternidad será oscura y dolorosa.

Oremos

Reconociendo a Jesús como la luz de las naciones, oremos por todos nosotros para que no nos dejemos encandilar por otras luces, sino que con la gracia de este Mes de María, pongamos al Señor en el centro de nuestras vidas.

Demos gracias al Señor por las personas que como Simeón, saben reconocer los caminos del Señor con sus gozos y tristezas.

Demos gracias una vez más por la entereza de María, que al escuchar a Simeón, vio con mayor claridad su misión y fortalecida su fe.

Padre Celestial, Dios nuestro, no sabemos la hora en que Jesús vendrá, pero estamos seguros de que tu amor no fallará. Guárdanos vigilando en esperanza con la firmeza de María nuestra madre,  y ayúdanos a servir a los hermanos, para que tú nos recibas un día en tu casa eterna.

(Añada las oraciones que vienen a su corazón con la escucha de la Palabra).

Oración final para todos los días del mes. (Ver columna derecha de esta página).

Conclusión

Nos bendiga Dios Todopoderoso, ✜ Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.