MES DE MARÍA - 3 DE DICIEMBRE


MARÍA: MAESTRA DE LA FE

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(Regula los parlantes y dale play)


Saludamos a nuestro Dios: En el nombre  del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Oración inicial para todos los días del mes (Ver columna derecha de esta página).

Presentación de la Palabra de Dios: Reconocemos hoy los frutos de la fe en este cántico de María que por desborde de gozo y gratitud proclama al mundo.

Texto bíblicoEvangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 1, 46-49

“Entonces María dijo:

Mi alma glorifica al Señor,
y mi espíritu se alegra
en Dios mi Salvador,
porque ha mirado
la humildad de su sierva.

Desde ahora me llamarán
dichosa todas las generaciones,
porque ha hecho de mí
cosas grandes el Poderoso”.


Palabra del Señor.

Reflexión:

“Desde ahora me llamarán dichosa”. Isabel le ha dicho: “Feliz porque has creído”. En esta Iglesia que peregrina, ella es reconocida como modelo de fe, como la que avanza en la peregrinación de la fe participando como ninguna otra en la vida de Cristo. Ella reúne y refleja las más grandes exigencias de la fe.

“Por la fe, María acogió la palabra del Ángel y creyó en el anuncio de que sería la Madre de Dios en la obediencia de su entrega (cfr. Lc 1, 38). En la visita a Isabel entonó su canto de alabanza al Omnipotente por las maravillas que hace en quienes se encomiendan a Él (cfr. Lc 1, 46-55). Con gozo y temblor dio a luz a su único hijo, manteniendo intacta su virginidad (cfr. Lc 2, 6-7). Confiada en su esposo José, llevó a Jesús a Egipto para salvarlo de la persecución de Herodes (cfr. Mt 2, 13-15). Con la misma fe siguió al Señor en su predicación y permaneció con Él hasta el Calvario (cfr. Jn 19, 25-27). Con fe, María saboreó los frutos de la resurrección de Jesús y, guardando todos los recuerdos en su corazón (cfr. Lc 2, 19.51), los transmitió a los Doce, reunidos con ella en el Cenáculo para recibir el Espíritu Santo (cfr. Hch 1, 14; 2, 1-4)”

Así, en la Iglesia de los primeros tiempos y en la de siempre, María ha sido y es sobre todo la que es feliz porque ha creído. Ha sido la primera en creer.

Oremos

Oremos ante los testigos de la fe, que como María desbordan en gozo, para que siguiendo su ejemplo reflejemos lo que profesamos.

Para que las maravillas que el Señor realiza en nuestra familia, la comunidad, la creación, sean otro motivo para la acción misionera de todos nosotros.

Pidamos también por los cristianos tristes y desesperanzados, para que alimentados por la palabra y los sacramentos, así como por el servicio a los demás, tengan la alegría del discípulo.

Padre del cielo que envías a tu Hijo Jesús al mundo, para colmar nuestras esperanzas, y ofrecernos un futuro mejor y eterno, aumenta nuestra fe y nuestro amor por ti y los hermanos.

Señor Dios nuestro, tú nos amas y por eso esperas que practiquemos tu bondad y tu justicia. Que Jesús permanezca con nosotros para que tus anhelos y los nuestros se hagan realidad.

(Añada las oraciones que vienen a su corazón con la escucha de la Palabra).

Oración final para todos los días del mes. (Ver columna derecha de esta página).

Conclusión

Nos bendiga Dios Todopoderoso,  Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.