MES DE MARÍA - DÍA 13


MARÍA, ORACIÓN DE LOS POBRES

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(Regula los parlantes y dale play)


Saludamos a nuestro Dios: En el nombre  del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Oración inicial para todos los días del mes (Ver columna derecha de esta página).

Presentación de la Palabra de Dios: La espiritualidad cristiana hunde sus raíces en el reconocimiento de que Dios es el que nos conduce, nos bendice y nos hace misioneros para el servicio hacia los más débiles.

Texto bíblicoEvangelio de N. S. J. C. según san Lucas 1, 46-56

“Entonces María dijo:
Mi alma glorifica al Señor,
y mi espíritu se alegra
en Dios mi Salvador,
porque ha mirado
la humildad de su sierva.

Desde ahora me llamarán
dichosa todas las generaciones,
porque ha hecho de mí
cosas grandes el Poderoso.
Su nombre es santo,
y su misericordia es eterna
con aquellos que le honran.

Actuó con la fuerza de su brazo
y dispersó a los de corazón soberbio.

Derribó de sus tronos a los poderosos
y engrandeció a los humildes.

Colmó de bienes a los hambrientos
y a los ricos despidió sin nada.

Tomó de la mano a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia,
como lo había prometido
a nuestros antepasados,
en favor de Abrahán
y de sus descendientes para siempre.

María estuvo con Isabel unos tres meses; después regresó a su casa”.

Palabra del Señor

ReflexiónA la bendición que le proclama Isabel, y que vimos ayer, María responde refiriéndose al Señor, el único que merece toda bendición y gloria.

Por eso este himno es un verdadero resumen de la oración de Israel.

Recoge el sentimiento de un pueblo que se vuelve alabanza y acción de gracias por la llegada de la salvación tan esperada.

“La oración de María es, así, la síntesis de los anhelos y esperanzas del pueblo de Dios y es también la síntesis de la alabanza que el pueblo canta a su Salvador”.

El canto es también la expresión de lo que hace Dios en medio de los pobres, por eso el Magníficat es y será siempre el cántico de aquellos que reconocen su pequeñez y su miseria y saben proclamar que sólo Dios es el Salvador.

“En María, el pueblo todo encuentra su voz: ella lo representa, lo asume y lo conduce a Jesús. Es voz de mujer, pobre y débil, voz de madre que engendra y cuida, voz evangelizadora que anuncia y proclama”.

Oremos

Demos gracias al Señor porque en María y su oración podemos reconocer también el camino de nosotros, como pueblo de Dios.

Con la fuerza de los humildes, pidámosle al Señor que nos dé esa mística de María, para captar su paso en medio nuestro.

Ofrezcámosle al Señor, tal como lo hizo la Virgen María, nuestro deseo de bendecirlo y agradecerle día a día la vida, la salud, la fraternidad.

Padre Celestial, Dios nuestro, no sabemos la hora en que Jesús vendrá, pero estamos seguros de que tu amor no fallará. Guárdanos vigilando en esperanza con la firmeza de María nuestra madre,  y ayúdanos a servir a los hermanos, para que tú nos recibas un día en tu casa eterna.

(Añada las oraciones que vienen a su corazón con la escucha de la Palabra).

Oración final para todos los días del mes. (Ver columna derecha de esta página).

Conclusión

Nos bendiga Dios Todopoderoso,  Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.