MES DE MARÍA - DÍA 8



MARÍA: PLENA DE VIDA EN EL ESPÍRITU

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Saludamos a nuestro Dios: En el nombre ✜ del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Oración inicial para todos los días del mes (Ver columna derecha de esta página).

Presentación de la Palabra de Dios: El misterio nos invade y la curiosidad también. Deseamos saber cómo fue aquel encuentro de la Virgen con el Espíritu de Dios.

Texto bíblicoLc 1, 34-37

“María dijo al ángel:

- ¿Cómo será esto, pues no tengo relaciones con ningún hombre?

El ángel le contestó:

- El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso, el que va a nacer será santo y se llamará Hijo de Dios. Mira, tu pariente Isabel también ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que todos tenían por estéril; porque para Dios nada hay imposible”.
Palabra del Señor

ReflexiónEscuchamos “el Altísimo te cubrirá con su sombra”. ¿Que nos recuerda esta frase?, ¿qué sombra o nube cubría a Israel? Así es, en Ex 40, 34-35, se usa la misma expresión.

Podemos así relacionar la Encarnación con los acontecimientos del Éxodo. Dios cubre a su pueblo y a la Virgen para llenarlos de su gloria. En ella habita la gloria de Dios, encarnada en Jesús.

Así como Moisés se encontraba con Dios en la tienda y hablaba con Él cara a cara, como un hombre a su amigo, María es morada de Dios, es el lugar por excelencia en donde podemos encontrar a Jesús. Ella no sólo posee a Jesús como el Hijo que engendra en sus entrañas, sino que es para nosotros su lugar de encuentro.

En la Encarnación, Dios abandona el templo de Jerusalén para habitar en la humildad de María de Nazaret, en la Galilea de los gentiles; a partir de ahora la morada de Dios es universal.

El Espíritu es quien engendra a Jesús en María, es quien lo encarna en ella. Y María tiene que dejarse llenar por el Espíritu para engendrar, encarnar y vivir a Jesús dentro de sí. Como tendrán que hacer los discípulos de Jesús para volverse testigos de la resurrección ante todo el mundo (Hch 1, 5-8).

Oremos

El Señor sale al encuentro de María y de nosotros, démosle gracias por su generosidad, por ser el “Dios que está con nosotros” en las diversas situaciones de la vida.

Oremos al Señor, dando gracias por ese lugar de encuentro con Él que es María, y por todos los santuarios que la hacen presente y acogen a los peregrinos.

Oremos por nuestro llamado a ser discípulos, para que yendo al encuentro de María, podamos fortalecer nuestro discipulado misionero.

Padre Bondadoso, sabemos que nos amas y cuidas de nosotros con ternura de padre y madre. Por intercesión de María, tu elegida, te confiamos todos nuestros afanes y preocupaciones. Como Tú eres generoso con nosotros, haznos generosos con los demás.

(Añada las oraciones que vienen a su corazón con la escucha de la Palabra).

Oración final para todos los días del mes. (Ver columna derecha de esta página).

Conclusión

Nos bendiga Dios Todopoderoso, ✜ Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.