MARÍA: DISCÍPULA EN COMUNIDAD
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(Regula los parlantes y dale play)
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Saludamos a nuestro Dios: En el nombre ✜ del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial para todos los días del mes (Ver columna derecha de esta página).
Presentación de la Palabra de Dios: Nadie se imagina a un discípulo, o discípula, solo, sin estar en medio de una comunidad. Fortalezcamos hoy esta invitación del Señor a permanecer en su comunidad para alimentar nuestra esperanza.
Texto bíblico: Lectura de los Hechos de los Apóstoles 1, 12-14
“Entonces regresaron a Jerusalén desde el monte llamado de los Olivos, que dista de Jerusalén tan sólo lo que se permitía caminar en sábado. Cuando llegaron, subieron al piso superior donde se alojaban; eran Pedro y Juan, Santiago y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago el hijo de Alfeo, Simón el Zelota y Judas el hijo de Santiago.
Solían reunirse de común acuerdo para orar en compañía de algunas mujeres, de María la madre de Jesús y de los hermanos de éste”.
Palabra de Dios
Reflexión:
El texto nos sitúa en la comunidad cristiana en la espera de Pentecostés. Hay aquí cuatro grupo de personas.
- Los Apóstoles, que son el núcleo fundamental del nuevo pueblo.
- Las mujeres, aunque no aparecen sus nombres, son aquellas que estuvieron presente en la crucifixión, sepultura y resurrección de Jesús.
- María, la única mujer presentada con su nombre y en relación a Cristo, “la madre de Jesús”. Ella es la continuidad entre Cristo y la Iglesia, entre el grupo de mujeres y los parientes. Es la madre de todos los discípulos amados.
Los parientes de Jesús, que han pasado de una inicial incredulidad a la fe en el resucitado.
Es la comunidad que espera al Espíritu Santo, en oración, según el deseo de Jesús.
Estamos todos llamados a permanecer dentro de esa comunidad como discípulos a los pies de la Cruz del maestro.
Oremos
Demos gracias a Dios por la vida comunitaria, por la vida de la Iglesia que nos convoca día a día, domingo a domingo, por la que sirve a la sociedad por medio de tantos testigos, que el Espíritu siempre la inspire y conduzca.
Oremos al Espíritu Santo que habita ahora en María de una manera nueva, que la hará misionera con los apóstoles hasta nuestros días, para que también nos inspire a nosotros al discipulado misionero.
Oremos por todos quienes prestan un servicio en la comunidad para que crezcamos en vida espiritual según el envío misionero de Pentecostés y a semejanza del testimonio de la discípula, de la Virgen María.
Pongamos en la presencia del Señor a los educadores, catequistas y a los padres de nuestros niños para que sepan guiarlos a la contemplación de Jesús en su infancia.
(Añada las oraciones que vienen a su corazón con la escucha de la Palabra).
Oración final para todos los días del mes. (Ver columna derecha de esta página).
Conclusión
Nos bendiga Dios Todopoderoso, ✜ Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.